Tony Robbins ha sido asesor de personajes célebres como Nelson Mandela, Bill Clinton o Michael Jordan. Escribe libros de desarrollo personal que se convierten en bestsellers y unos cuatro millones de personas han asistido a sus conferencias alrededor del mundo.
El discurso de Robbins se caracteriza, especialmente, por el dominio de las siete fuerzas de los negocios. Según él, dominar esas siete fuerzas es la clave para que un negocio crezca y sea exitoso. Explica que “incluso los negocios pequeños requieren de una mejora constante en muchas áreas simultáneamente para competir y ganar».
1.- Saber exactamente dónde estás y adónde quieres llegar.
La primera fuerza que modela un negocio es saber exactamente dónde estás y a dónde quieres llegar. Robins tiene claro que “la verdadera ventaja competitiva en el cambiante mercado actual es no tener un plan de negocio, sino un mapa de negocio que puede llevarte desde donde estás hacia dónde quieres estar”.
La gente exitosa se hace las preguntas apropiadas, escribió Robbins en su libro ‘Money: Master the Game’. El escritor argumenta que “para conseguir resultados, no sólo te puedes hacer la pregunta una vez, tienes que obsesionarte con encontrar la mejor respuesta”.
Por ejemplo, Bill Gates no se preguntó cómo podía construir el mejor software, pero sí como crear un sistema operativo que controlara todos los ordenadores.
En cambio, la mayoría de las personas se centran en los obstáculos en vez de en las soluciones.
2.- Innovación Estratégica
La segunda fuerza es la innovación estratégica. Entender las necesidades de tus clientes mejor que nadie y darles lo que necesitan. Steve Jobs tenía una obsesión: hacer accesible la informática para cualquier persona. Para Robbins, el éxito de Apple es debido a que Jobs entendía las necesidades de los clientes y era eficiente resolviéndolas.
3.- Marketing estratégico de primera categoría
La tercera fuerza es el marketing estratégico de primera categoría. Robbins lo define como “un proceso que hace que un gran número de personas quieran hacer negocios contigo».
4.- Dominio de los sistemas de ventas
La cuarta fuerza es el dominio de los sistemas de ventas. Esto implica que el crecimiento y las ventas sean continuas. No sólo se trata de medir beneficios, se trata de interpretar la información para conocer en profundidad de dónde proceden los beneficios y qué es lo que no funciona bien.
5.- Análisis financiero y legal
La quinta fuerza es el análisis financiero y legal. Es imprescindible que los líderes conozcan ambas disciplinas y puedan aplicarlas a los negocios. De otra forma, su empresa no tiene ningún futuro.
6.- Optimizar procesos
La sexta fuerza consiste en optimizar y maximizar los procesos y el capital humano. Robbins asegura que si aplicas esta fuerza “puedes hacer crecer tu negocio consistentemente mientras otros toman grandes riesgos que no siempre amortizan”.
Para conseguirlo necesitas rodearte de las personas adecuadas, es decir, las personas con las que decides asociarte y los empleados que contratas. No sólo consiste en emplear a personas que desempeñen bien su puesto de trabajo, sino también de que los objetivos de esas personas estén alineados con los objetivos a largo plazo de la empresa. Todo esto se traduce en contar con una fuerza de trabajo motivada y satisfecha con su trabajo.
Además, si tienes a personas experimentadas en tu equipo podrán aconsejarte partiendo de una visión amplia y a largo plazo. Es una forma de anticiparte a los problemas y de actuar con rapidez.
Sin embargo, un líder resolutivo es tanto o más importante que todo lo anterior.
La mayoría de las personas cuando fallan en sus propósitos lo achacan a factores externos, normalmente la falta de recursos, de tiempo o de dinero.
Según Robins, lo que hacen los líderes es encontrar la manera de “maximizar los recursos que tienen por pequeños que sean». Ser resolutivo te habilita para convertir las ideas en proyectos reales.
7.- Clientes entusiasmados con tu empresa
La séptima fuerza son los clientes entusiasmados con tu empresa. Los clientes satisfechos te abandonan si alguien les ofrece algo mejor, los clientes fanáticos son leales, conocen realmente a tu empresa y te seguirán, aunque cometas errores porque “les has añadido valor consistentemente de una forma que nadie lo ha podido hacer”.
Para que tu negocio prospere, no sólo necesitas saber cuál es el nicho de mercado en el que compites y cuál es tu público objetivo. También, tienes que conocer todo de tu cliente ideal hasta el punto de que podrías saber quién es andando por la calle.
Por eso es importante que seas conciso a la hora de definir tu negocio. Explica qué haces, quién eres, pero sobre todo los beneficios que aporta tu producto o servicio, en qué vas a marcar la diferencia, por qué esa persona necesita lo que le ofreces.
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