Kim Kardashian, la popular celebrity que cuenta con 18 millones de seguidores en sus redes sociales y una agenda siempre a rebosar de eventos es, además, empresaria.
En una reciente entrevista, el medio `The Cut´ le preguntaba cómo lo hacía para responder a lo largo del día a todos los emails y tener su bandeja de entrada a cero al final del día. La respuesta de Kardashian fue sorprendente: “Soy multitarea. Lo estoy haciendo ahora mismo. Estoy haciendo esta entrevista y respondiendo muchos correos electrónicos al mismo tiempo”. También reconoció que era duro y agobiante lograr tener la bandeja de entrada del correo electrónico a cero, pero que no se puede permitir que se acumulen los correos y las decisiones.
Así que, su táctica es borrarlos una vez leídos y respondidos. Asegura que es muy raro que ella conserve un correo y que únicamente lo hace cuando cree que la conversación va a continuar.
El peso de los medios de comunicación en su reputación
Por otra parte, la productividad de Kardashian va mucho más allá de su efectividad con la gestión del correo electrónico. Como celebrity, construir su marca personal es una labor que debe cultivar cada día para estar siempre en la cresta de la ola, y lo consigue, pero ¿cómo lo hace?
Kardashian sabe que, aunque millones de personas reciben información sobre ella directamente de sus redes sociales, los medios de comunicación juegan un papel fundamental en su reputación y en la opinión pública, exactamente igual que sucede en las empresas; razón por la que Kardashian intenta mimar su relación con los periodistas. Les atiende cortésmente, prestándoles toda su atención e intenta ser muy paciente y mantener siempre la compostura, incluso aunque se trate de paparazzis agresivos, ella siempre se muestra amigable.
Sin embargo, eso no significa que no controle la gestión de su propia marca o que deje que sean los medios los que tomen las riendas por ella. Kardashian publica en sus redes sociales y las utiliza como recurso informativo no sólo para sus seguidores, sino también para los medios. De manera que es ella la fuente primaria de la que los medios extraen la información, evitando así crisis de reputación.
La celebrity tiene muy claro que “se trata de proyectar la imagen que tú quieres que la gente tenga de ti” y, dado que es una figura pública y vivimos en un mundo despierto 24/7, siempre está preparada para no descuidar su imagen pública manteniendo una armonía profesional de coherencia entre su forma de expresarse y su apariencia. En resumen, no se la verá con la guardia baja frente a las cámaras, no utiliza lenguaje obsceno y presta atención a su forma de expresarse; de la misma manera que se puede apreciar que siempre tiene un comportamiento lineal. En el reality, lógicamente, es otra historia, porque es su día a día. Pero en sus actos públicos, es una maestra de las relaciones públicas y siempre está alerta. Igualmente, parece muy cómoda en su terreno y una gran estratega a la hora de decidir que próximos pasos va a dar.
Kardashian es una referencia respecto a la forma de comunicarse en un mundo digitalizado y sobresaturado de información, en el que la imagen de marca puede caer en picado de un día para otro, ya sea por algún acontecimiento real o simplemente por rumores falsos. Una óptima gestión de las redes sociales sintonizada con una imagen pública en perfecta consonancia con los valores que quiere transmitir logran consolidar su estatus como personaje público y encajar en lo que desean sus seguidores, sin renunciar a una buena relación de estabilidad con los grandes medios.
La posición privilegiada como personaje público e influencer de Kim Kardashian es un fiel reflejo del éxito de su actuación como relaciones públicas en la gestión de su propia marca personal. Razón por la que, perfectamente, la gestión que Kardashian hace de su vida pública puede servir de ejemplo sobre cuáles son las directrices eficaces a la hora de gestionar la reputación y el valor de marca de un negocio cualquiera.
En este sentido, es importante remarcar que las empresas y los/las influencers están cada vez más cerca y mantienen una estrecha relación. De hecho, el influencer marketing se está posicionando como la nueva herramienta digital predilecta para las empresas, dada la elevada repercusión que las/los influencers tienen sobre su público objetivo.
Por todo ello, las figuras públicas y las corporaciones guardan una estrecha correlación en las maneras de dimensionar la comunicación con el público y, cada vez más, es la asociación entre ambos el factor clave que hace que consigan la imagen de marca que desean.