La robótica, la inteligencia artificial y el big data están provocando una disrupción en industrias enteras. El avance tecnológico amenaza puestos de trabajo ante la previsible automatización de muchos de ellos. Frente a este nuevo paradigma tecnológico y social, se abre un debate entre aquellos que piensan que nos acercamos a una era de desempleo sin precedentes y los que creen que las perspectivas de empleo son mejores que nunca para aquellas personas con el talento adecuado.
Ciertamente, se estima que de ahora a diez o veinte años la automatización tecnológica sustituirá aproximadamente al 35% de los trabajadores en Reino Unido. Sin embargo, aunque entre 2001 y 2015 se han perdido 800.000 puestos de trabajo en Gran Bretaña debido a la robotización, también se han creado 3.5 millones de nuevos puestos de trabajo relacionados con la tecnología y la digitalización.
Ante esta nueva realidad, cabe preguntarse qué habilidades son necesarias para sobrevivir en la nueva era. La consultora ‘Deloitte’ ha publicado una investigación que arroja luz sobre esta cuestión.
Según este estudio, la fuerza de trabajo, necesaria para afrontar los retos del futuro, deberá desarrollar un equilibrio entre las habilidades técnicas y las habilidades generales. Por habilidades generales se entiende que estén relacionadas con facetas tales como: la resolución de problemas, la creatividad, las habilidades sociales, las habilidades cognitivas o la inteligencia emocional.
Por su parte, las habilidades técnicas más demandadas son aquellas relacionadas con las matemáticas, las ciencias, la digitalización y la ingeniería. Para 2030, se estima que se necesitarán cuatro millones y medio más de profesionales relacionados con las áreas de la ciencia, la ingeniería, la estadística, la economía y la educación.
A menor inversión en educación, mayor riesgo
Un factor clave que la investigación de ‘Deloitte’ ha descubierto es que el riesgo de automatización es inversamente proporcional a la inversión en educación que realizan los gobiernos. Esto significa que cuanto menor es la inversión en educación, mayor es el riesgo de automatización de los empleos.
Reino Unido dedica el 5.7% de su PIB a la educación y el riesgo que sufren los trabajadores británicos de padecer la automatización es del 35%. En cambio, India dedica el 3.8% de su PIB a la educación y el riesgo de automatización de los puestos de trabajo es casi el doble, 69%. Esta realidad, manifiesta el declive de las habilidades físicas tales como la fuerza o la capacidad psicomotriz, que fácilmente pueden ser desempeñadas por robots, para dar paso a las nuevas demandas de perfil de trabajador en el mundo contemporáneo.
Necesidad de otros conocimientos como capacidad de aprendizaje continuo
Por otro lado, resulta paradójico que durante su vida académica los estudiantes sólo adquieran una fracción del conocimiento requerido para enfrentarse al mundo laboral. Aparte de perfeccionar las habilidades matemáticas, científicas y digitales, éstas van a necesitar ser combinadas con recursos tales como la resolución de conflictos complejos, la capacidad de aprendizaje a lo largo de la vida y las habilidades sociales. Estas cualidades son las que les permitirán a los futuros trabajadores sobrevivir en este nuevo contexto laboral. De hecho, dominar estas habilidades en la actualidad proporciona remuneraciones más elevadas.
Otras habilidades que están comenzando a ser muy demandadas, y están intrínsecamente relacionadas con las anteriores, son la capacidad de pensamiento crítico, de negociación y persuasión, la atención al cliente, la escucha activa y las habilidades comunicativas, la capacidad de anticiparse a los conflictos y el dominio de la lengua inglesa. Todas estas habilidades, actualmente, se consideran las más importantes y prioritarias en la fuerza de trabajo.
Estos datos reflejan la importancia que siguen teniendo los atributos propios de la naturaleza humana, a pesar del imparable avance tecnológico que trae consigo la robotización y el progreso de la inteligencia artificial.
Desde esta perspectiva y con los precedentes de empleo vinculados a la tecnología, la robotización parece un proceso beneficioso pero que requiere desarrollar un nuevo perfil de trabajador.
El sistema educativo actual se basa en la adquisición de conocimientos. El reto educativo para adaptarse a un mundo dominado por el avance tecnológico es brindar no sólo un conocimiento sobre diferentes áreas de especialización, sino también fomentar las habilidades necesarias que permitan a los estudiantes convertirse en personas resolutivas, proactivas, creativas y resilientes, que puedan aplicar sus habilidades y conocimientos en situaciones complejas.
Éstas serán las facetas personales que marcarán la diferencia entre la empleabilidad y la automatización en un futuro próximo.
[…] un estudio de la consultora Deloitte recogido por la revista Estrategia, los trabajadores del futuro deberán desarrollar un equilibrio entre sus habilidades técnicas y […]