Mark Cuban es ampliamente conocido en Estados Unidos por su participación en el programa de telerrealidad emitido por la cadena ABC Negociando con Tiburones, Shark Tank en inglés. También es el propietario del equipo de baloncesto estadounidense Dallas Mavericks, de Magnolia Pictures, y presidente de la cadena televisiva de pago HDTV AXS. En cualquier caso, lo que caracteriza su extensa biografía es su capacidad emprendedora y su habilidad como líder e inversor, lo que le ha llevado a alcanzar una fortuna multimillonaria.
Cuban declaró en una entrevista para la revista financiera Money que el libro que le inspiró para conseguir su riqueza fue Cashing in on the American Dream. How to retire at 35 (Sacando rédito al sueño americano. Cómo jubilarse a los 35) de Paul Terhorst, publicado en 1988. Según el empresario, el libro básicamente afirma que “si puedes ahorrar un millón de dólares y vivir como un estudiante, podrías ser millonario y jubilarte”. Otra importante recomendación que aparece en el libro, aparte de ahorrar, es que se invierta de forma inteligente el dinero ahorrado.
El autor del libro anima a los lectores a que se concentren en sus prioridades, recorten en gastos innecesarios (como una casa, un coche o unas vacaciones, incluso aunque se lo puedan permitir) y dediquen más tiempo a lo que realmente les apasione, encontrando significado más allá de su trabajo.
Cuban se tomó esta filosofía de vida muy en serio y, cuando tenía veinte años, compartía piso con cinco personas más y conducía un desgastado Fiat X1/9 con un agujero en el suelo. Además, su frugalidad le llevó a comer prácticamente sólo macarrones con queso.
El objetivo de todos esos retos de austeridad era, obviamente, ahorrar el máximo dinero posible, porque, en palabras de Cuban “estaba decidido a jubilarme”. En aquella etapa de su vida, no se imaginaba en absoluto que unos años después, cuando tuviera 32, se iba a convertir en millonario tras vender su primera empresa, `MicroSolutions´, por seis millones de dólares.
De hecho, afirma que “valoraba el tiempo más que nada”. Ejemplo de ello es una de las compras más caras que ha realizado Cuban en su vida, el jet privado que adquirió con la finalidad de ahorrar tiempo, como escribió en una columna de la revista Men´s Fitness, en la que explicaba que, aunque el jet privado era muy caro, el tiempo es el único bien que simplemente no poseemos y que el avión privado le hacía ahorrar horas y horas.
El ahora multimillonario empresario declaró en la entrevista a la revista `Money´ que, en aquel entonces, cuando tenía veinte años, sólo quería tener dinero para viajar, divertirse, e ir de fiesta “como una estrella de rock” y que esas eran sus motivaciones. Pero para Cuban, la lección más importante que aprendió del libro fue a ser disciplinado con el dinero. De hecho, piensa que es la única vía para alcanzar la riqueza monetaria.
Tanto es así, que está totalmente convencido de que “es posible tener un millón de dólares en el banco, incluso aunque no seas un emprendedor” y, además, señala que para conseguirlo hay muchas estrategias para que la gente trabajadora pueda promocionar en las empresas, o incluso saltando de un trabajo a otro. Aunque parezcan declaraciones atrevidas, el propio Cuban atribuye la ganancia de su primer millón de euros a las lecciones aprendidas en el libro de Terhorst. Es más, la biografía de Cuban se puede considerar como el perfecto reflejo del sueño americano hecho realidad.
En qué invertir el dinero ahorrado
Con respecto a la inversión del dinero ahorrado, el experimentado inversor considera que existen dos posibilidades de hacerlo. Una de las opciones es seguir su ejemplo e invertir el dinero en empresas que estén encaminadas hacia el éxito y la otra posibilidad es invertir en educación, con el fin de ayudarse a uno mismo a alcanzar el lugar en el que realmente es posible ahorrar dinero de verdad.
En definitiva, la dilatada experiencia de Mark Cuban, el hombre hecho a sí mismo y que con 59 años tiene una fortuna estimada en 3.300 millones de dólares, evidencia la obviedad de que no existe una fórmula mágica para hacerse rico instantáneamente, sino que es la disciplina y la audacia en la forma de invertir el tiempo y el dinero lo que va a influir en el capital económico de cada persona.